Verano 2018

Hola compañeros de viaje. Ya se ha acabado el verano, y todos estamos volviendo a la rutina. A algunos os debe estar costando más que otros, pero es tiempo de volver a conectar, volver a concentrarse y volver a esperar que llegue de nuevo las vacaciones.

A mi no me está costando mucho la verdad, porque como decía un dibujante de ratones “Se alcanza un punto en el que no se trabaja por dinero”, y cómo se que trabajo para algo más que para ganar un sueldo a fin de mes, y que mi jefe es el mejor del mundo, pues eso me ayuda a volver a la oficina, a volver a programar, a volver a pensar, a idear, a crear, a relacionarme, a discipular…Ha sido un verano muy largo, pero que se ha hecho corto.

Empezamos con el Street Basket, allá por finales de junio. Tuvimos que acortar algún día por la lluvia, pero eso no impidió hacer trabajo de contacto en Banyoles, seguir estando por 11º año consecutivo en la calle, donde los jóvenes están.

Pasé el mes de julio a caballo entre Banyoles y Barcelona, ultimando detalles de #joventura2018. Un campamento que me ha traído mucho stress y cansancio, pues cada año tenemos más chicos, fruto del trabajo durante el año en institutos y Espais Joves, que necesitan una atención especial a la hora de hacer inscripciones, saber si finalmente van a venir, como lo van hacer, que necesita, como van a pagar el campamento… mil cosas, que sin la ayuda de los demás que estamos en el ministerio no hubiera podido conseguir.

Otro año más, el curso culmina en el Campamento de Verano. Todo el trabajo, todos los esfuerzos, y todas las horas dedicadas e invertidas durante el año, tienen su culmen aquí.

Este año ha sido un poco más complicado que años anteriores, ya que han habido más personas becadas y a las que buscar recursos para que pudieran venir, más campistas a los que ir detrás para que formalicen la inscripción, y más insistencia a la hora de enviar la documentación…

Pero todo tiene su recompensa. 64 chicos y chicas han podido escuchar el mensaje de Jesús a través de las charlas de Dani Bores, de los tiempos de aventura con sus monitores, y de las actividades del campamento.

En lo personal, ha sido una semana difícil, ya que no he podido disfrutar de los chavales, ni de la mayoría de actividades, ya que estaba centrado en el apartado multimedia, haciendo los videos resumen, y en la logística del campamento (ordenando, habitaciones, ruta, viajes y demás). En muchos momentos me sentía solo, delante del ordenador, pero intentaba recapacitar sobre el porque. Porqué hacía eso, y porque mi culo tenía forma de tabla de madera del banco donde me pasé el 75% del tiempo…

No quiero hablar de números, pero muchos han dado pasos de fe esta semana, en una u otra medida, pero las vidas de estos chavales han sido impactadas, y ahora toca seguir currando para que esa semilla germine, crezca y de fruto.

Puede ser el único momento, la única oportunidad que estos chicos tienen de escuchar que Jesús les ama, y quiere tener una relación con ellos, y por eso merece la pena dormir poco, y no ver el sol.

Seguiremos trabajando desde YA, para que #joventura2019 sea una nueva oportunidad de presentar a Jesús a los chicos y chicas con quien nos cruzaremos este nuevo curso que empieza.

Después de #joventura2018, pude descansar un poco durante la semana siguiente, y hacer lavadoras. Pero duró poco, ya que hace unos meses, decidí volver a colaborar con el ministerio de Campamentos L’Arcada, en el campamento de Aventura, también para adolescentes de 12 a 17 años. Esta vez estuve ayudando durante dos semanas en el equipo multimedia y de actividades, y alguna sorpresa tuve cuando me enteré que también tenía un pequeño papel en el teatro que acompaña todo el campamento.